Perlas de la sabiduria del Judaísmo
02 de אֲדָר ב – (05 de marzo 2022)
Quiero dedicar estas palabras de Toráh desde lo más profundo de mi corazón paraLeilui Nishmat de mi querido padre Mesod Amselem ZTz’’L Bar Yaacot y mi queridos tíos Ribi Shemuel Bittan ZTz’’L Ben Ribi Moshe Z’’L e Itzjak Mojluf Serfaty Z’’L Bar Perla y para la elevación de todos los Niftarim de Am Israel.
BsH que estas palabras de Toráh (musar) también sean un aporte para la paz, el
bienestar y la luz de todo Am Israel, el
Pueblo Sagrado del Creador quien sostiene este mundo.
Hashem Bendito escuche nuestras Tefilot desde los cuatro confines del mundo para
librarnos de todo mal.
BsH que el Santo Nombre del Eterno sea Santificado Eternamente.
Huellas en el camino.
AI concluir el Pueblo de Israel la larga travesía de casi 40 por el
desierto, Moshé Rabenu (nuestro maestro) les hace una reseña de lo vivido,
experimentado y provocado en ese largo recorrido, resaltando los milagros, las
maravillas y la merced de D-s para con Su pueblo.
Una de las expresiones que
llaman la atención en la narración de este suceso, es la que figura en el libro
Debarim (1, 31): "Y en este desierto que tú has visto, por el cual te ha
llevado D-s, como carga un hombre a su hijo".
Vemos una preciosa e instruida parábola que
sirve además para ilustrar esta expresión tan peculiar.
Un hombre soñaba que atravesaba una larga y ondulada playa, sobre la cual
se marcaban las huellas de sus pies. Éstas habían quedado bien plasmadas en la
arena y le recordaban cada lugar por
donde había pasado en su trayectoria por la playa.
Para su sorpresa, advierte entonces el hombre
otro par de huellas que aparecen marcadas junto a las suyas, a lo largo del sendero.
Le pregunta el hombre a D-s: "¿De quién son estas huellas, paralelas a las
mías?".
D-s le responde: "Aunque no lo habías notado,
siempre anduve junto a ti".
Rebosante entonces de emoción al enterarse que
las huellas que aparecen acompañando a las suyas son las de D-s, recorre otra vez el hombre todo el
camino andado y revive así muchos lapsos de su propia historia. Pero, cuán
grande es su desilusión al observar que en determinados tramos del camino de su
vida, precisamente aquellos más duros y difíciles de su trayectoria, aparece solamente
un par de huellas marcado en la arena.
Triste y molesto, reclama el
hombre ante D-s: "¿Por qué me abandonaste justo cuando más te
necesitaba?"
D-s, con una sonrisa, le responde indulgente:
"! Nunca te abandoné, hijo mío! Observa bien, las huellas plasmadas en
aquellos tramos difíciles de tu travesía, ¡son las mías! Precisamente en esos momentos
de riesgo para ti, preferí cargarte y llevarte mis brazos para
protegerte".
Esta maravillosa metáfora que surge del Versículo antes dicho, sirve de excelente respuesta y estímulo para quienes atraviesan momentos difíciles en sus vidas. Con esta descripción nos enseña Moshé Rabenu que:
"Cuando pensamos que Hashem Bendito no nos lleva de la mano, es porque nos está cargando en Su regazo".
שַׁבַּת שָׁלוֹם
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